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El servicio de noitebús entre Ferrol y Miño trabajó la madrugada de ayer rodeado de un remanso de paz y tranquilidad. Nada que ver con los graves incidentes que un grupo de jóvenes protagonizaron el fin de semana pasado y la madrugada del 26 de julio y que terminaron con un vehículo de la compañía Arriva totalmente destrozado e inutilizable.
Sin embargo, pese a la tranquilidad de la noche de este sábado, los conductores de la compañía siguen teniendo miedo y reclaman protección para el trayecto. De hecho, el chófer que se encargó de cubrir ayer el tramo Ferrol-Miño iba acompañado de un amigo para que, en el caso de que se repitieran los incidentes, el compañero pudiera alertar a la Guardia Civil sin llamar la atención. «Si lo hago yo, como soy el conductor, igual me ven y me hacen algo».
Temores como este entre los conductores demuestran que el servicio de noitebús entre Ferrol y Miño no es un trayecto muy deseado por los chóferes de la compañía Arriva. El conductor que dirigió el vehículo la madrugada pasada asegura que «nunca se sabe qué va a ocurrir, puede ser una noche muy tranquila o que pase lo del otro día».
Sin embargo, en la madrugada de ayer apenas se montaron al autobús una veintena de personas. El grupo más amplio, una pandilla de adolescentes que subieron a las cuatro de la mañana en Ares, no protagonizaron ningún altercado, pero fueron una clara muestra del usuario habitual del servicio, tal y como señaló el conductor, ya que mostraban síntomas de haber consumido alcohol. «Aunque no pase nada, no es un trayecto tranquilo, porque normalmente vienen borrachos y vomitan o fuman y beben», comentó el chófer.
Pese a que la tranquilidad reinó en el servicio ayer de madrugada, el conductor aseguró que no es «la tónica general» y que los incidentes de este verano «no fueron casuales ni aislados».
Los altercados más graves ocurrieron la madrugada del domingo pasado, coincidiendo con la celebración de As Peras. «Pero no fue porque Pontedeume estuviera en fiestas, porque en julio no eran As Peras y, cuando ocurrió lo mismo el año pasado, tampoco», comentó el chófer. Añadió que muchas veces, en el trayecto nocturno, «alguno pasado de rosca insulta o se pone tonto con el conductor».
Por todo ello, asegura que sí que tienen miedo y reclaman seguridad para los viajes. «Es que es un peligro para todos. Para nosotros porque nos puede pasar algo, para ellos porque podemos tener un accidente y para el resto de los viandantes y conductores que cojan el coche esa noche».
La tranquilidad y la calma de la madrugada de ayer, aseguró el conductor, puede ser «ficticia» porque, según él, los incidentes podrían pasar de nuevo en cualquier momento.
El noitebús une Ferrol y Miño pasando por Fene, Ares, Mugardos y Pontedeume, pero durante la madrugada de ayer estas localidades estaban bastante vacías y no se veía mucho movimiento de fiesta. «Ya estamos en septiembre y están con los exámenes, por eso no viene casi nadie», comentó el conductor, que ya hizo otras dos veces el mismo servicio y, aunque asegura que nunca vio graves altercados, sí que tuvo que aguantar la borrachera de algunos viajeros.
«Yo espero que no ocurra nada, pero la protección es necesaria. Seguro que la Xunta no actuará hasta que pase algo gordo y haya un accidente o agredan a un conductor», concluyó el chófer. Sea como fuere, el noitebús vivió su noche de calma tras la tormenta.