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Ladron chapuza

Agentes de la Guardia Civil han detenido en un hotel de Pamplona a un ciudadano húngaro que había sustraído al menos 67 documentos de «gran valor histórico» de bibliotecas y otros organismos públicos. El ciudadano húngaro robaba mapas y documentos cartográficos que cortaba con un cúter que había escondido previamente, informaron a Europa Press fuentes de la investigación.
El hombre está acusado de un delito contra los bienes integrantes del Patrimonio Histórico, así como de robo, falsificación de documento público y tenencia de documentación falsa. La operación ha corrido a cargo de la unidad de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
En la Biblioteca de Castilla-La Mancha, ubicada en el Alcázar de Toledo, robó, concretamente, dos mapas de un Atlas de Ptolomeo pertenecientes a 1513, según informaron fuentes de la Consejería de Cultura. Además, el detenido sustrajo presuntamente documentos del Archivo Real de Navarra y de la biblioteca pública de Soria.
El detenido consultó hasta un total de 40 ejemplares de libros antiguos de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, ubicada en el Alcázar de Toledo. Así lo confirmó la consejera de Cultura, Turismo y Artesanía, Soledad Herrero, en declaraciones a Europa Press, donde explicó que los hechos ocurrieron entre el sábado, 25 de julio, y el martes, día 28 de julio.
Detalló que el sábado día 25 apareció en la Biblioteca regional un hombre «con acento extranjero y buena presencia» que decía ser experto en cosmografía, solicitando la consulta del catálogo de libros antiguos del centro, «que posee uno de los fondos de libros antiguos más importantes».
Esta consulta, aclaró la consejera, sólo se puede realizar en la sala más segura de todo el recinto, que posee varias cámaras de seguridad y dos agentes vigilando, en todo momento, a las personas que realizan las consultas en libros antiguos.
Según narró Herrero, el presunto ladrón volvió a aparecer en la Biblioteca regional solicitando consultar más libros antiguos, -hasta un total de 40 ejemplares, entre ellos un Atlas de Ptolomeo fechado en 1513, de donde se sustrajeron los dos mapas-, el lunes 27 y el martes 28 de julio, «y no se le perdió de vista en ningún momento».
El último día «una de las personas que se encontraba vigilando la sala sospechó del individuo», por lo que «inmediatamente» se llamó a la Policía, «que se personó en el lugar, pero esta persona -el presunto ladrón- ya se había marchado».
No obstante, Herrero subrayó que la sospecha «dio resultado» al revisar «de nuevo» los 40 libros consultados. En este punto, la consejera puntualizó que una vez que se devuelven los ejemplares «se revisan minuciosamente». No obstante, señaló que en la primera revisión no se percibió nada porque este tipo de ladrones «son personas profesionales que no van a arrancar la hoja de un libro de forma burda».
«Además, hay que tener en cuenta que se trata de documentos muy antiguos que a veces están desencuadernados», apostilló, a la vez que añadió que el robo se identificó porque el libro del que sustrajeron los mapas se paginó en el año 2000 y, por lo tanto, vieron que faltaban dos páginas.
Una vez que los responsables de la Biblioteca de Castilla-La Mancha constataron la desaparición de los dos mapas, el 29 de julio, se puso inmediatamente una denuncia. «Desde entonces hemos actuado de acuerdo al dictado de la unidad de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil».
Explicó que «aunque nadie nos impuso silencio sobre el tema, sí que nos recomendaron que no dijéramos nada, y así lo hemos hecho». Soledad Herrero expresó en este punto su agradecimiento al «extraordinario trabajo» realizado por la UCO.
Según dijo, el Gobierno de Castilla-La Mancha está «muy agradecido» por la labor de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. También felicitó a los trabajadores de la Biblioteca «que percibieron inmediatamente que algo estaba pasando. Algo que no es fácil, ya que muchas veces pueden pasar días e incluso semanas. Ellos lo han hecho».
Esta labor, a su juicio, indica que la Biblioteca del Alcázar es un lugar «muy seguro», lamentando que este tipo de incidentes «son cosas que suelen suceder», ya que hay muchas personas «interesadas en expoliar nuestro Patrimonio», sentenció

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