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viernes, 20 de noviembre de 2009

Se negó a una etilometría

El jefe de la Policía Nacional en Tudela, Félix De Benito, ha sido condenado hoy por delitos contra la seguridad vial, negativa a someterse a la prueba de alcoholemia y falta de respeto a los agentes de la autoridad, al tiempo que se investigará su imputación en otro posible delito de amenazas.
Así lo ha sentenciado el juez de lo Penal número 1 de Pamplona, quien le ha impuesto por estos delitos una condena de 6 meses de prisión, 40 días de trabajos en favor de la comunidad, una multa de 2.835 euros y la retirada del permiso de conducir durante dos años y medio, todo ello a petición del ministerio fiscal.
La sentencia ha cerrado el juicio rápido celebrado hoy en Pamplona por los hechos sucedidos el pasado 31 de octubre en el casco urbano de Tudela, donde De Benito, desde entonces apartado del cargo, se negó a los requerimientos de agentes de la Policía foral para someterse a una prueba de alcoholemia después de ser interceptado por haber cometido una infracción de tráfico.
Desde que De Benito fue interceptado de madrugada por la Policía foral hasta que fue puesto en libertad mantuvo, según el juez, un "absolutamente irrespetuoso comportamiento".
Así, y con base en la grabación sonora hecha por agentes del cuerpo autonómico y con sus manifestaciones hoy como testigos, en un testimonio "sincero, demoledor" y "suficiente por sí solo" para "enervar" la presunción de inocencia del acusado, el juez ha denostado el comportamiento "irrespetuoso e intimidatorio" de De Benito contra los policías forales.
Ha considerado el titular del juzgado que De Benito, que conducía un vehículo en el que viajaba con un amigo, había ingerido alcohol suficiente "para encontrarse afectado", y tras circular en sentido contrario por una rotonda, detuvo su marcha al ser requerido por las luces y sirenas de una patrulla de la Policía foral.
Pese a que no existe una medición de la ingesta de alcohol porque se negó a ello, de los testimonios de los agentes el juez ha considerado probado que presentaba "evidentes síntomas" de estar influenciado y que mostró una "actitud de desprecio" contra los agentes autonómicos, a quienes dedicó "improperios y advertencias".
Así, intentó conseguir la "dejación de funciones" de estos agentes, con frases como "esto no se hace entre compañeros", con un comportamiento "irrespetuoso e intimidatorio" por aludir a su cargo dentro del Cuerpo Nacional de Policía.
"Estoy plenamente convencido de que el acusado y el testigo (que acompañaba a De Benito aquella noche) han mentido", ha dicho el juez, quien tras reconocer que el acusado tiene derecho a hacerlo, no es así en el caso del testigo.
Contra este último ha acordado deducir diligencias, tanto por un presunto falso testimonio como por el posible delito o falta de amenazas, ya que en la grabación se le oye decir que podría "pegar un tiro" a uno de los forales y que "él sabía poner lapas en los coches".
También ha ordenado abrir testimonio contra De Benito por un posible delito de amenazas o atentado, ya que en un momento determinado de su discusión con los agentes autonómicos, aludió a la posibilidad de introducir en su vehículo "medio kilo de coca" para que se les pudiera acusar de alguna ilegalidad.
Frente a las declaraciones de los Policías forales, De Benito ha señalado que aquella noche, en la que sólo había bebido una cerveza y un combinado, estaba "perfectamente" para conducir y que no cometió ninguna infracción de tráfico.
Además, ha justificado su negativa a someterse a la prueba de etilometría porque le fue solicitada cuando estaba en la calle, y no como dicen los policías forales cuando se encontraba al volante del turismo, por lo que no podían obligarle a ello.
Asimismo, ha asegurado que el calificativo de "hijo de puta" con el que tildó a los agentes autonómicos en varias ocasiones y que recoge la grabación aportada era "con cariño", y al respecto ha pedido que fuera tenido en cuenta el contexto en el que usó la expresión, una conversación "entre colegas", si bien pudo decir "una barbaridad, pero producto de un calentón".
Sí ha señalado que la situación que vivió aquella noche fue "de muchísima tensión" y ha admitido que pudo haberles amenazado con introducir droga en el coche de los policías forales, aunque "si dije algo de eso fue en un momento de nervios y de desesperación" y no como "coacción".
Por su parte, el amigo que le acompañaba aquella noche ha confirmado la versión del mando policial sobre la inexistencia de una infracción de tráfico y sobre el requerimiento a realizar la etilometría cuando caminaban por la calle, y ha dicho no recordar haber proferido él mismo ninguna amenaza a los agentes.
Éstos, por su parte, han coincidido en considerar la actitud de De Benito como "muy hostil, prepotente, desobediente, desafiante y amenazante", y han destacado los síntomas de embriaguez que presentaba, como "hablar pastoso, ojos vidriosos, balbuceos, paso tambaleante y fuerte olor a alcohol".
También han apuntado la "discreción" con la que se intentó actuar dado el cargo de De Benito y la "deferencia en el trato" que se tuvo con él tanto en la calle como en las dependencias policiales.

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entrada de tribulete @ 18:59

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