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Gabriela Rocío Prado, que murió estrangulada este miércoles en una vivienda de la calle Cuartel de la Montaña en Ávila, es la primera víctima de violencia de género este año en Castilla y León. Su marido, que es el único sospechoso, ya fue detenido en el mes de junio, aunque el juez no dictó orden de protección.
Según explicó este viernes el subdelegado del Gobierno, César Martín Montero, la joven, de 25 años, había presentado varias denuncias contra su ex pareja, con la que no convivía desde el mes de marzo, la última de ellas en el mes de junio. Desde entonces la Policía había estado "en contacto con ella constantemente, aunque siempre dijo que estaba bien".
El juez, sin embargo, no dictó orden de protección porque entendió que no había peligro, dado que no se había producido una agresión inmediata, sino que hacía referencia a malos tratos sostenidos en el tiempo, no convivían y "él no sabía dónde vivía su mujer".
"Había dejado de convivir con él en marzo y la estaba constantemente acosando de alguna manera por teléfono, llamándole para decirle que quería que le dejara a la niña", explicó César Martín, quien destacó que la Policía sí consideró que podría haber un "riesgo medio" y se han mantenido desde junio contactos en "al menos doce ocasiones".
Su ex pareja no ha confesado hasta el momento ser el autor del homicidio, por lo que las investigaciones continúan. "Ha sido sospechoso desde el inicio por los antecedentes y por el móvil, porque no quería que su mujer pudiera estar con otra persona", manifestó el subdelegado, quien consideró que "hay indicios suficientes".
El cadáver de Gabriela Rocío Prado será repatriado a Ecuador, su país de origen, por deseo de la familia. Tres de sus hermanas, que residen también en España -una de ellas en Benidorm y otras dos en Pamplona- se trasladaron hasta Ávila al conocer los hechos y la hija de la víctima, que podría encontrarse en la vivienda cuando su madre fue estrangulada, se encuentra ahora con una tía del presunto homicida, a la espera de lo que determinen los servicios sociales y de ser interrogada también por la Policía, en presencia de un psicólogo.