Todo lo que deseabas saber en Seguridad

Agresion en un Colegio

El padre llamó por teléfono desde el centro a una tercera persona para que «rajara» al jefe de estudios:
«Estoy en el colegio. Coge las matrículas y al morenito lo rajas»
Víctor y el jefe de estudios ya se conocían. El año pasado, durante una reunión en el colegio, ya hubo tensión y amenazas. Según declaro ayer el responsable de la escuela, ya en ese encuentro, el «padre se mostró agresivo». El pasado miércoles, la cosa fue a peor.El desencuentro entre ambos resurgió el pasado martes. Ese día, el hijo de cinco años de Víctor, corría y jugaba en el comedor del colegio con unos amigos. Según el jefe de estudios, para que el pequeño no se diese contra una columna, lo agarró del brazo. El profesor explicó lo sucedido a Víctor y, él le dio hasta las gracias.
Fue en ese mismo comedor donde tendría lugar la presunta agresión.El acusado, en cambio, asegura que le dijo que tendría que escuchar la versión de su hijo al respecto. No debió de contar la misma historia y además, le mostró unas magulladuras en el brazo. Al día siguiente, las marcas continuaban ahí, así que Víctor decidió ir al colegio a pedir explicaciones.Así comienza la historia más negra del Loyola de Palacio de Vallecas.
A partir de este momento, las versiones de los profesores y testigos difieren de la del acusado de 38 años. Víctor no reconoció ayer la agresión ante el juez. Explicó que sí fue al colegio, pero que no entró gritando ni insultó a nadie. «Que él recuerde, no golpeó a la profesora», dijo. Además, negó haber llamado por teléfono al jefe de estudios para amenazarle ni a nadie.La declaración de la directora y el jefe de estudios es más dramática y totalmente contraria a la de Víctor.
Así, María José Fuentes explicó que el padre del menor le propinó «un puñetazo violento con la mano abierta a la altura del pecho» que la hizo caer hacia atrás y golpearse el coxis con el suelo. Además, explicó que tuvo magulladuras en las rodillas y antebrazo a causa de la caída.Según Fuentes, Víctor entró por el comedor, y gritó: «Dónde está ese señor que lo mato», entre todo tipo de insultos como «hija de puta, tú eres una niñata de mierda, márchate de aquí que lo haces todo al revés...»La directora asegura que se intentó alejar de él, pero que Víctor pegaba su cara contra la suya.El jefe de estudios, mientras tanto, intentó entrar en el comedor donde, además del padre, la directora y gente de la cocina, había veinte niños, incluido el de Víctor. Antes de pegarla, el padre sacó el móvil y dijo: «Iñaki, estoy en el colegio, coge el número de las matrículas y a ese morenito lo rajas»
.El jefe de estudios, que presenció la agresión, se asustó tanto cuando vio las maneras en las que entraba el padre que se encerró en su despachó mientras la conserja vigilaba la puerta hasta que volvió a salir, cuando llegó la policía. De hecho, en su declaración, aseguró «que si no llega a encerrarse, lo mata». Según declaró la directora, ni siquiera la primera pareja de policías nacionales que acudieron al colegio consiguieron reducir al presunto agresor. Fueron necesarios ocho agentes para hacerse con él. Incluso en el suelo, y según la declaración del jefe de estudios, Víctor continuó amenazándole.
Las secuelas de los sucedido quedaron plasmadas en el parte médico de la directora, en cuanto a las lesiones.El miedo al padre de uno de los alumnos del colegio donde trabajan, no se ha ido. El jefe de estudios narró al juez «su miedo a ir a trabajar» tras lo ocurrido.Por eso, se alegraron y pidieron en sede judicial que se mantenga la orden de alejamiento, que el magistrado impuso finalmente al padre del menor. El magistrado dejó en libertad provisional al acusado, bajo los cargos de lesiones y amenazas y dictó, como medida cautelar, una orden de alejamiento. Víctor no podrá estar a menos de 500 metros del centro educativo, así como de los domicilios de la directora y el jefe de estudios hasta que se celebre el juicio.
La Comunidad ya ha adelantado que pedirá tres años de prisión para el acusado por estos hechos. Se da la circunstancia de que este suceso ha coincidido con el anuncio del Gobierno regional de promover la Ley de Autoridad del Profesor, una normativa que equipara a los docentes a policías y jueces ante la ley. Esto supone que la Fiscalía podrá actuar de oficio cuando se produzca una agresión a un profesor.
Víctor es alto y fuerte. Esposado y escoltado por dos guardias civiles hizo su paseíllo en la quinta planta de los juzgados de Plaza Castilla. Mantuvo la cabeza alta, pero no se enfrentó a ninguno de los testigos del suceso que, afectados, se sobresaltaron al verlo.
Una mujer que presenció la presunta agresión, incluso se emocionó. «Me ha mirado», dijo con los ojos vidriosos mientras se movía al otro lado del pasillo. Los testigos no quisieron hacer declaraciones, pero sus semblantes y sus nervios lo decían todo. La directora del colegio y el jefe de estudios estaban, en cambio, más tranquilos y enteros.Víctor volvió a pisar el pasillo cuando terminó su declaración ante el juez y salió de nuevo con grilletes y la pareja de guardias a su lado. Había quedado en libertad con cargos.
Un tiempo después, salían también la directora y el jefe de estudios. En la puerta de los juzgados accedía a hablar con los medios. María José Fuentes explicó que se encontraba «dolorida», pero también «tranquila» al conocer la decisión del magistrado de imponer al supuesto agresor una orden de alejamiento tanto del colegio como de sus domicilios. «Espero que esto no vuelva a ocurrir», dijo.

Etiquetas: Noticias de interes

entrada de tribulete @ 9:59